jueves, 9 de junio de 2011

Todo sobre mi plotter

Un poco de historia

Los primeros plotter nacieron en los 60 y eran usados para registrar variables médicas y militares. Trabajaban con coordenadas cartesianas (X e Y) y la información se imprimía sobre papel continuo. Con el tiempo se fueron sofisticando hasta el punto de mover ambos ejes cartesianos dentro de un formato normalizado eran del tipo “sobremesa” y su principal peculiaridad era la de tener que centrar el formato por el cual se desplazaría un brazo portaplumas.

Con la necesidad de formatos grandes y la limitaciones físicas de los plotters de tablero, a principios de los 80 se difundieron los plotters verticales de rodillo que desenrollan una bobina de papel en un solo sentido (eje coordenadas X) sobre la que se y el brazo portaplumas perpendicular a él (eje Y). Al ir recogiendo el plano terminado en un capazo o bolsa permitía que en poco espacio se pudieran almacenar dibujos en gran formato estandarizándose en las 36” (914mm) del formato americano.

Hace ya más de una década, que este tipo de ploter fue sustituido por la nueva tecnología de inyección de tinta, invento heredado de las impresoras de sobremesa, pero con la posibilidad de imprimir formatos mayores, con buena calidad y ahorro de tiempos, y lo mejor, prácticamente, sobre cualquier tipo de soporte de impresión (pepel, poliéster, tela, etc.

Tecnología

La tecnología de impresión por chorro de tinta —Inkjet— consiste en la proyección de tinta líquida contra el papel a través de los grupos de inyectores.
Las impresoras de gran formato con tecnología INK JET usan robustos cabezales con cientos de micro tubitos de tinta, de espesor microscópico, que avanzan sobre un brazo porta cabezales y se alimentan de unos depósitos de tinta (cartuchos) conectados mediante tubos.

Dos formas distintas de expulsar la gota

La tecnología térmica de inyección de tinta se basa en el sobrecalentamiento de la tinta lo que produce una burbuja de vapor cuya presión hace que se expulsen minúsculas gotas por las boquillas inyectoras. La presión del vapor obliga a que la tinta salga del cartucho a través de las boquillas en diminutas gotas que forman los puntos sobre la página.

El tipo térmico de inyección de tinta fue el primero en desarrollarse y sigue siendo el más popular. Canon, Hewlett-Packard y otros.

La tecnología piezoeléctrica, típica de Epson, que expulsa la gota por excitación eléctrica de los microtubos que conforman los cabezales y cuya principal ventaja es una amplia variedad de tintas, el coste/mililitro, y un menor calentamiento de los inyectores.

¿Cómo elegir un plotter?

A la hora de elegir un plotter hay que tener en cuenta factores tales como el volumen de impresión que tendremos al mes, los formatos empleados, el tipo de impresión deseado: planos lineales, fotografías y renders, planos topográficos o cartelería nos permitirá determinar la resolución necesaria.

Conociendo el volumen de impresión mensual y teniendo en cuenta las puntas de trabajo podremos determinar el tipo de plotter necesario en función de su velocidad de impresión. En el mercado existen modelos que imprimen un plano técnico en 90 segundos hasta los 25 segundos por A1 o incluso menos.

También es importante conocer de antemano la calidad de impresión que necesitaremos habitualmente (puntos por pulgada o ppp). Cuanta más resolución empleemos más tardaran las copias en imprimirse.

Todos los plotters tienen la opción de fijar distintos tipos de resolución de impresión en función del tipo de trabajo y soporte empleados, calidad borrador, normal o alta resolución son configuraciones típicas de cualquier impresora gráfica.

Si nuestro principal trabajo es la impresión de copias finales de planos CAD, típicamente impresiones en calidad borrador/normal, tendremos que estar atento a las velocidades alcanzadas en este modo. Si por el contrario, nos dedicamos más a la cartelería o impresión fotográfica, es importante conocer la velocidad máxima o m2/hora impresos con la mayor resolución, típico de este tipo de trabajos.

Alimentación y Formatos

Habrá que fijarse en los formatos de impresión que admite el plotter y qué tipos de papel —calidad, gramaje, texturas...—. El tamaño máximo de impresión lo da la anchura de carga, la longitud sólo está limitada por la alimentación de papel.

Si se nos da la posibilidad de seleccionar entre alimentación manual o automática, podremos elegir el modo más adecuado para el trabajo que vayamos a realizar.

Otro aspecto a tener en cuenta, es la cantidad de memoria RAM instalada en el plotter, ésta debe ser acorde a la cantidad de datos procesados, cuanto mayor es el documento y mayor la resolución mayor será el archivo a procesar, este aspecto es fundamental en los plotters con lenguajes de impresión PCL típicos de HP, y que demandan tanta ram como tamaño tenga el archivo de impresión. No tanto en los modelos Epson que paginan la memoria, es decir llenan y vacían la memoria en trozos del tamaño de la RAM instalada.

Otros factores

Hay otros factores de funcionamiento que deben considerarse en la elección de un plotter como la sencillez en el manejo, su diseño ergonómico o su capacidad de producción.

Si necesitamos conocer cuál es el periodo de amortización del equipo, deberíamos averiguar su tiempo de vida —el número de páginas que, en un periodo de tiempo, es capaz de imprimir sin que el mecanismo se vea seriamente deteriorado— y su rendimiento —el volumen máximo de impresión que permite en un tiempo determinado, por ejemplo un mes—.

En cuanto a su mantenimiento, será muy importante conocer la duración de la garantía y si el fabricante se compromete a sustituir el equipo durante su reparación.

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